La furia del huracán Milton: Florida afronta un largo camino hacia la restauración

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En la noche del 9 de octubre de 2024, el huracán Milton, una poderosa tormenta de categoría 3, golpeó la costa centro-oeste de Florida, dejando tras de sí una destrucción generalizada. Con vientos cercanos a los 125 mph, acompañados de lluvias torrenciales y peligrosas mareas de tormenta, el huracán causó graves inundaciones y dañó innumerables hogares. Los primeros informes indicaban al menos 17 víctimas mortales, miles de desplazados, casas destrozadas y millones de personas sin electricidad. Aunque la tormenta ya ha pasado, el estado se enfrenta ahora a un amplio esfuerzo de recuperación.

El camino destructivo de Milton

Milton pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 3 en pocos días. A medida que se acercaba a la costa de Florida, los vientos sostenidos de la tormenta alcanzaron la mortífera velocidad de 125 mph, causando daños masivos, especialmente en áreas como Siesta Key. Se habían ordenado evacuaciones de emergencia, reminiscencias de respuestas a huracanes pasados como durante Irma en 2017, pero la magnitud de la tormenta abrumó las defensas costeras.

Las fuertes lluvias agravaron el desastre, con inundaciones que hicieron intransitables las carreteras y obligaron a los ríos a desbordarse en los barrios. Siesta Key y Sarasota se vieron especialmente afectadas, con viviendas sumergidas e infraestructuras que se hundieron bajo el peso de la tormenta. Aún más preocupante fue la lenta progresión de la tormenta, que prolongó las inundaciones y aumentó los daños causados por las mareas de tempestad de hasta 3 metros.

Devastación generalizada

En las horas siguientes a la llegada de la tormenta a tierra, la magnitud de la devastación se hizo más evidente. El Centro Nacional de Huracanes informó de múltiples tornados generados por el huracán, que afectaron sobre todo a regiones del interior. En el norte de Fort Myers, los tornados arrasaron zonas residenciales, destruyendo viviendas y dejando a familias sin refugio.

Los cortes de electricidad se sumaron al caos, con casi dos millones de personas sin electricidad, algunas de las cuales podrían pasar semanas sin electricidad mientras se desarrollan las labores de restablecimiento. Las carreteras, puentes e infraestructuras críticas sufrieron graves daños, lo que dificultó aún más el acceso de los equipos de recuperación a las zonas más afectadas.

Tragedia humana

Florida no es ajena a los huracanes, pero la pérdida de vidas a causa del huracán Milton subraya el peligro impredecible que suponen estas tormentas. Según los últimos informes, al menos 17 personas han perdido la vida.

Los servicios de emergencia se han visto desbordados por los casos de lesiones provocadas por escombros, edificios derrumbados y accidentes durante las evacuaciones. Los hospitales están desbordados, mientras que los refugios de emergencia luchan por acoger a los miles de desplazados que buscan refugio.

Comprender las categorías de los huracanes: La escala Saffir-Simpson

Los huracanes se clasifican según la escala Saffir-Simpson, que clasifica las tormentas en función de la velocidad sostenida de sus vientos. Este sistema, desarrollado por Herbert Saffir y Robert Simpson en la década de 1970, sigue siendo el método más utilizado para medir la fuerza de los huracanes.

  • Categoría 1: Vientos entre 119-153 km/h (74-95 mph) - causan daños de leves a moderados.
  • Categoría 2: Vientos entre 154-177 km/h (96-110 mph) - capaces de causar grandes daños en tejados, ventanas y árboles.
  • Categoría 3: Vientos entre 178-208 km/h (111-129 mph) - la categoría a la que pertenecía el huracán Milton, que causó importantes daños estructurales y graves inundaciones.
  • Categoría 4: Vientos de entre 209 y 251 km/h, que provocan daños catastróficos en edificios e infraestructuras.
  • Categoría 5: Vientos superiores a 252 km/h (157 mph) - provocando una devastación total en las zonas afectadas.

Aunque la velocidad del viento es el factor principal en esta clasificación, es importante recordar que otros elementos, como la marejada ciclónica y las inundaciones, pueden ser igualmente destructivos, como demostró el huracán Milton. En 2010, se eliminaron de la escala las mediciones de las mareas de tempestad y la presión para garantizar predicciones de riesgo más precisas para estos peligros.

El largo camino hacia la recuperación

Mientras Florida se enfrenta a las secuelas del huracán Milton, la atención se centra ahora en la reconstrucción. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el estado de emergencia en los condados más afectados y desplegó a la Guardia Nacional para ayudar en las operaciones de rescate y en la distribución de suministros esenciales.

Los retos que tenemos por delante son inmensos. Habrá que reconstruir miles de hogares y empresas, y reparar la infraestructura dañada del estado llevará meses, si no más. Sólo el restablecimiento del suministro eléctrico podría llevar semanas en algunas zonas, lo que prolongaría el sufrimiento de quienes se han quedado sin electricidad.

Un clima cambiante y tormentas cada vez más intensas

Los expertos han advertido de que los huracanes como Milton son cada vez más frecuentes y graves debido a los efectos del cambio climático. Las temperaturas más cálidas de los océanos y los mayores niveles de humedad atmosférica contribuyen a la rápida intensificación de las tormentas, haciéndolas más potentes e impredecibles.

Milton, por ejemplo, pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 4 en menos de 24 horas antes de debilitarse ligeramente a categoría 3 al tocar tierra. Esta tendencia a la intensificación rápida es cada vez más frecuente, y Florida, con su extenso litoral, sigue siendo especialmente vulnerable a este tipo de tormentas.

Preparar el futuro

De cara al futuro, Florida no sólo debe reconstruir, sino también invertir en defensas más fuertes para prepararse para futuras tormentas. El refuerzo de las defensas costeras y la mejora de las infraestructuras de prevención de inundaciones serán esenciales para salvaguardar las comunidades. Además, una mejor preparación para las mareas de tempestad y las inundaciones ayudará a mitigar los daños generalizados que se observan en fenómenos como el huracán Milton.

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